AmeneirosRey

En un solar de forma triangular, se construye una vivienda unifamiliar de dimensiones ajustadas. El punto de partida del proyecto venía dado por el aspecto económico y un presupuesto mínimo.

Se plantea una vivienda compacta con un programa de tres espacios destinados a dormitorios y/o estudio, un baño, almacén-lavadero-tendal, entorno a un único espacio de relación, salón-comedor-cocina.

Crujías estrechas, economía de gremios y uso de soluciones tradicionales con muros de carga, forjados unidireccionales, ventanas de dimensiones racinales y acabados convencionales. La vivienda está en un núcleo tradicional y ocupa la última parcela edificable por lo que se opta por un doble lenguaje formal con estrategias diferenciadas en función de hacia donde se vuelca y dialoga la vivienda. Para ello, un volumen con cubierta a dos aguas, con ligera pendiente y una configuración compositiva tradicional hacia el alzado del núcleo, y el empleo de muros calados hacia la parcela acotando el espacio exterior doméstico.

El perfil de la cubierta inclinada se aplica tanto a la construcción principal como a los muros perimetrales dando una continuidad formal.

El espacio diáfano que contiene la sala de estar, comedor y cocina se proyecta hacia la parcela, orientación oeste, maximizando su superficie sobre la total, de manera que el corazón de la casa, el espacio donde se realizan la mayoría de las funciones diarias, sea lo más agradable posible y con mayores posibilidades de intimidad. El resto del programa, con orientación este, se abren al núcleo rural y se reducen a lo esencial y normativo.

En la parcela adyacente, de tipo rustico, contigua a la vivienda por la parte oeste, los propietarios planean en el futuro la construcción de una residencia canina. La posibilidad de atender en su propia vivienda a los clientes con sus mascotas, son el punto de partida de querer usar un elemento que permita generar ámbitos, controlar la intimidad y agrupar un conjunto construido integrado en su entorno. Para ello se decide usar unos muros de bloque macizo coloreado de hormigón con aperturas en celosía para aligerarlos a la vez que recordar los huecos de ventilación empleados tradicionalmente en algunas construcciones adjetivas o vivideras en Galicia. Se pliegan los muros para acotar esos espacios intersticiales creados a modo de patios de entrada. Los pliegues permiten que los muros sean independientes de la vivienda y auto resistentes.

Se hace hincapié en el uso de bloque visto de hormigón en Galicia, material usado masivamente con mayor o menor acierto. Lo empleamos en paramentos vistos, remates de cubierta, alfeizares de ventanas, dinteles, etc; reinterpretando su significado y estableciendo una continuidad.